¿Cuándo se requieren los implantes dentales?
Cuando un individuo pierde un diente o este se fractura, la manera de solucionarlo es sustituirlo. Esto se logra colocando un implante dental, el cual se mantiene inmóvil de manera permanente.
Los materiales de los implantes dentales están diseñados para durar un largo periodo de tiempo, además de asemejarse a la raíz, lo cual permite colocar una corona que lo hará recuperar la funcionalidad de la pieza dental.
Las pérdidas y fracturas dentales pueden deberse a una serie de factores, siendo el principal la falta de higiene bucodental. Otros factores incluyen, malos hábitos alimenticios, no visitar al odontólogo al menos una vez al año, o realizar actividades que puedan exponer los dientes a un gran riesgo, como utilizarlos para abrir objetos.
Un diente fracturado no solamente afecta gravemente la autoestima del paciente, sino también su salud. Esto puede complicar la realización de actividades de la vida diaria, ya que le produce dolor al intentar morder, además de sensibilidad a las bebidas y alimentos fríos o calientes. Por lo que afecta su capacidad para comer, hablar, y perjudica su salud bucodental en general. A nivel estético, también tiene repercusiones ya que generalmente altera sus características faciales, pudiendo incluso hacerlo lucir mayor.
Pero una vez que se realiza este tratamiento, se solucionan todos estos problemas y el paciente vuelve a adquirir seguridad al sonreír y hablar. Por esta razón, siempre es recomendado por los odontólogos al paciente que sufra fracturas o pérdidas dentales.
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¿Cuál es el proceso para recibir implantes dentales?
Lo primero que debe hacer si sospecha haber sufrido una fractura dental o la caída de algún diente, es programar una cita con nuestro consultorio odontológico, en la cual uno de nuestros dentistas lo evaluará y determinará si requiere este tratamiento. En dado caso, fijará la fecha en que se le dará inicio.
Esta intervención consta de varias etapas y consiste en unir el implante al hueso de la mandíbula y sobre este colocar la corona, donde su diente estaba ubicado originalmente. Después de que el dentista haya fijado el implante y este haya quedado integrado con su hueso, agregará un conector sobre el implante que sostendrá la corona, y la cementará sobre el mismo. Posteriormente, le dará forma a la corona con el fin de que se asemeje a los demás dientes y funcione tal como si fuera su diente natural.
Aunque generalmente el paciente está listo luego de este paso, en algunos casos se requieren acciones adicionales con el propósito de obtener un resultado satisfactorio y lograr que el implante permanezca a largo plazo.
Muchos pacientes se preocupan del dolor que esto pueda ocasionarles, pero deben tener en cuenta que el dentista aplica anestesia local, por lo que no sentirán dolor durante la colocación del implante. En los días posteriores, es posible que sufra ciertas molestias debido a la inflamación del área tratada. No obstante, su dentista recetará medicinas para aliviarlas y le realizará una serie de recomendaciones que deberá seguir a cabalidad.